“Todo gran arte está, en esencia, en conflicto con la sociedad en la que existe”.
Eric Fromm (Hacia una tecnología humanizada)
«Al confiar demasiado en la tecnología, ¿corremos el peligro de olvidar lo que es ser humano?».
Kate Cook (Tecnología versus el arte de ser humano)
“Necesitamos líderes no enamorados del dinero, sino enamorados de la justicia. No enamorados de la publicidad, sino enamorados de la humanidad”.
Martin Luther King Jr.
Tecnología Humanizada
Alejandro Sacristán
La Tecnología humanizada es la tecnología que responde y se adapta a cómo los humanos aprenden, piensan y crean, y lo que los humanos necesitan para prosperar en una sociedad digital.
Con la revolución tecnológica de Internet y las redes sociales, hemos fomentado las posibilidades intimistas del yo y el individualismo, pero también hemos desarrollado tecnologías como la Realidad Virtual o la Realidad Mixta que nos van a permitir crear redes de comunicación extendidas, más perfectas, compasivas y empáticas entre las personas.
Futuros Viables
La red de artistas, académicos e investigadores Collaboration for Humane Technologies afirma que “en el corazón de nuestra acción creativa está la convicción de que para pensar (y hacer) futuros viables debemos cuestionar categorías como lo humano.
Hay que replantearse críticamente el progreso tecnológico a favor de un posthumanismo que no es ni antihumano ni únicamente para sustentar la vida humana tal como la conocemos actualmente”.
La Amenaza Digital
Tecnología humanizada es revertir la crisis de atención digital y realinear la tecnología con los mejores intereses de la humanidad.
The Center for Humane Technology ha subrayado la amenaza digital de nuestro tiempo: “Nuestra sociedad está siendo secuestrada por la tecnología. Lo que comenzó como una carrera para monetizar nuestra atención ahora está erosionando los pilares de nuestra sociedad: la salud mental, la democracia, las relaciones sociales y nuestros hijos”.
La revolución tecnológica nos puede dar la oportunidad de reinventarnos como sociedad pero no debemos perdernos en el proceso.
Cyborgs
El teléfono inteligente es un dispositivo que nos convierte en cyborgs primitivos porque nos conecta a una red global de intercambio de información en movilidad, es una extensión cyborg.
La incorporación de tecnología avanzada como extensión neurocultural de nuestros cuerpos y mentes no ha hecho más que empezar.
Es obvio que debemos reflexionar y actuar conscientemente sobre este proceso incipiente de tecnologización.
Mentalidad Solidaria
Quizás la potencia de nuestro futuro esté precisamente en nuestra humanidad y no tanto en la codificación o el dataísmo.
Tendrá que ver más con la inteligencia relacional, las habilidades sociales y con una mentalidad futurista, solidaria e imaginativa.
En la futura sociedad digital aumentada los humanos deberían aportar las emociones, la imaginación y la inteligencia social, los robots productividad y fuerza y las inteligencias artificiales potenciar nuestra inteligencia y conocimiento. Tecnología humanizada.
El Arte Transformativo del Futuro hacia la Unidad que siempre fue
Luis Miguel Samperio
“Tener todo esto dentro de mí y que para ti sean solo palabras”.
Con esta frase explicaba el escritor David Foster Wallace este sentimiento humano que ha recorrido las mentes de la humanidad durante siglos. La frustración de comunicar el vasto mundo interno que vamos desarrollando desde el día en que nacemos y que aparentemente nos separa del mundo externo en el que parecemos estar sumergidos.
Nacemos de la unidad. Un estado de perfecta armonía en el que disfrutamos durante los 9 meses de gestación en el útero materno. Durante este tiempo todas nuestras necesidades se ven cubiertas. ¿Necesitamos nutrientes? Los recibimos. ¿Necesitamos oxígeno? Lo recibimos. Vivimos en un estado de unión perfecta entre lo “de dentro y lo de fuera”. Protegidos por una membrana reactiva, que nos lo otorga todo. Pero solo durante 9 meses.
Tras este breve estado de unión absoluta nos enfrentamos a la primera separación que supone el corte de nuestro cordón umbilical. Un momento trascendente y simbólico que nos indica “bienvenido a la separación del mundo. Bienvenido a tu independencia”.
Búsqueda Humana de Conexión
Es un momento que durante algunos años podría pasar desapercibido. Cuando somos muy niños no somos tan conscientes de esta separación. Si todo es como debe ser, jugamos con los demás, aprendemos con los demás y somos queridos por nuestros padres. Hasta que poco a poco, a medida que vamos creciendo empezamos a darnos cuenta de que pensamos diferente, de que mucha gente no comprende por qué hacemos lo que hacemos, de que nuestra forma de ser es diferente a la de los demás.
Y empezamos, sin querer admitirlo, a intentar volver a conectar con el otro. Desesperadamente queremos sentirnos aceptados y parte de ese todo externo que nos envuelve. La vida se vuelve un proceso de vuelta a esa unión perfecta con el otro. A esa búsqueda humana de conexión.
Vivimos tiempos de expansión tecnológica exponencial. Realidad Virtual/Aumentada/Mixta, Blockchain, Inteligencia Artificial, Machine Learning, Big Data… Tecnologías que crecen en potencia en capacidad de procesado, en capacidad de almacenamiento de datos…
Durante años y años hemos estado expuestos a este desarrollo técnico digital que parecía dispuesto a superar únicamente las barreras propias del mundo externo del ser humano: explorar el macrocosmos, conectar nuestras pantallas digitales…
De lo que no nos habíamos dado cuenta es de que lo que en realidad estábamos haciendo es intentar conectar nuestro mundo interno. Sin ser conscientes de ello, estábamos intentando superar la barrera que existe ante esa sensación de unidad que de alguna forma todavía tenemos latente en nuestro subconsciente. No queremos sentirnos “yo y aparte el mundo”, queremos sentirnos como “yo y tú, somos el mundo”.
Revolución
Esta es la era de las tecnologías transformativas (“Transformative Technologies”). La era de hacer consciente aquel anhelo humano del que hablaba Thomas Merton “¿qué es lo que podemos ganar viajando a la luna si no somos capaces de cruzar el abismo que nos separa a los unos de los otros?”.
Es la era de las tecnologías volcadas a transformar nuestro mundo interno para disponerlo a su preparación de conexión con el otro. Tecnologías que hackean nuestra consciencia. Tecnologías que, solo combinadas con la más avanzada capacidad de abstracción humana: el arte, podrán ser capaces de cruzar ese abismo simbólico que nos separa.
En los años que vienen se avecina una impresionante revolución. La unión entre tecnología exponencial y capacidad de abstracción simbólica artística se va a democratizar. No será extraño empezar a dejar atrás la lentitud de nuestra comunicación verbal (40/60 bits por segundo en procesado neurológico).
Empezaremos a comunicarnos en capas de superposición digital a través de frecuencias de colores y sonidos, que trasciendan las palabras. Dispondremos de tecnologías cardiacas HRV que empiecen a hacer tangible aquello de “habla desde tu corazón” que nos permitan entender como entrar en coherencia cardiaca no solo con nosotros individualmente, sino con el otro. Viviremos con personajes reactivos en mundos inmersivos que reaccionen a nuestras emociones y representen los arquetipos del subconsciente a los que tenemos que enfrentarnos cada uno de nosotros, para sanar y llegar a entendernos mejor.
Con tecnologías de Inteligencia Artificial SWARM seremos capaces de ampliar la capacidad de decisión humana para poder tener en cuenta al colectivo de una forma más armónica. A través de ellos y mediante interfaces de realidad extendida podremos co-crear con el otro la toma de decisiones de una forma casi telepática, a través de la expresión audiovisual artística que nos permita llegar literalmente a los corazones de los demás.
Hacia la unidad que siempre fue
Dejaremos atrás la distinción entre humano y tecnológico. Porque lo humano es tecnológico. Y lo tecnológico es humano. Lo que sí aprenderemos es que lo humano y lo tecnológico siempre han estado en persecución de algo que para nosotros no era evidente hasta ahora: que en el fondo de nuestra psique y corazón tan solo estábamos intentando volver a ese UNO.
A ese sentimiento de jamás sentirnos solos. A esa sensación de que lo que yo soy, y lo que tú eres nunca fue tal. Nunca hubo separación. En el fondo siempre fuimos lo mismo en este sueño compartido que es la realidad. Simplemente tuvimos que aprender a recordarlo. El arte transformativo del futuro hacia la unidad que siempre fue.