RND - uno de los comandos más utilizados por el programador:
La capacidad de introducir aleatoriedad en los datos.
¿Por qué demonios querrían los programadores
añadir imprevisibilidad a sus datos? Bueno, la respuesta
más obvia es que los datos que se comportan con imprevisibilidad
replican mejor el funcionamiento de la vida, y los programadores
a menudo persiguen este objetivo: Desde la longitud variable del
pelo de un personaje generado por ordenador hasta la variedad
de respuestas que un ordenador proporciona a una misma pregunta,
los datos aleatorios pueden simular una lógica confusa
que a ojos de un simple observador podría parecer inteligencia
artificial. Sin embargo, es un simple juego de manos. Un truco.
Una forma de adormecer al usuario para que acepte que quizás
la tecnología con la que se encuentra es tan humana o reflexiva
como él. Que sigan soñando.
El proyecto RND# (Número Aleatorio) trata sobre este choque
frontal entre la vida y la tecnología, entre las máquinas
inertes y la caótica naturaleza de la realidad. Y en el
proceso, cuestiona la extraña e interconectada dependencia
de la sociedad de esta misma tecnología.
El proyecto consta de una serie de cortometrajes a modo de boceto
que actualmente cuenta con 20 piezas terminadas. En un principio
comenzó en San Francisco cuando yo era artista en residencia
en IDEO, el gigante del diseño industrial. Desde entonces
las películas posteriores se han realizado en Londres (Reino
Unido), Shangai (China), Newcastle (Reino Unido), Viena (Austria)
y Munich (Alemania).
Individualmente, estas películas son poco más que
pensamientos al azar e instantáneas que sirven de comentario,
pero como colección formada por las 100 películas
previstas tendrán un fin más útil: ofrecer
una "guía de usuario" alternativa para el arte
de vivir en el nuevo milenio.
El tema específico de estas películas varía
mucho - desde piezas sobre la manera de encontrar Internet y entender
cómo usar el carro de compra, hasta películas sobre
la seguridad en las líneas aéreas y las formas de
medir el coste del desarrollo económico. Sin embargo, el
tema constante de todas estas películas es el conflicto
-el elemento de azar que se introduce cuando se le pide a la gente
que interactúe con la tecnología. Este es el valor
central, el pegamento estructural que genera la intersección
y la tensión: el origen del brillo superficial. Cuando
la gente interactúa con la tecnología se producen
bajas: a veces pequeñas e insignificantes, otras catastróficas
y que cambian vidas. ¿Por qué lo soportamos? ¿Por
qué seguimos añadiendo tecnología a la mezcla?
Las respuestas son probablemente demasiado largas para publicarlas
aquí, pero una cosa está clara - nuestro apetito
es insaciable; nuestra curiosidad se ha despertado de manera irreversible.
Ya no hay vuelta atrás. Estamos de camino hacia algún
sitio... Pero desafío a cualquiera a decirme de qué
lugar se trata.
Nota:
Otro punto importante a mencionar en relación a este proyecto
es el lenguaje visual de las películas. La semiótica
usada en estas películas es muy diversa. Muchas de las
películas fusionan el lenguaje cinematográfico y
los principios narrativos, otras usan el diseño gráfico
y la palabra escrita; gran parte intenta jugar con todas estas
técnicas a la vez. No existen reglas claras y definidas:
lo único que importa es que la idea sigue siendo el principio
motivador y que la semiótica utilizada alimente la idea
de manera fundamental.
La carrera de Richard Fenwick comenzó en 1997 como
diseñador videográfico en Static 2358, donde diseñó
secuencias gráficas para cadenas e instituciones como Channel
4 y Filmfour. En 1998 fue uno de los fundadores de OS2 -una compañía
de diseño audiovisual ferozmente independiente y, para
algunos, vanguardista Fenwick también dirige su propio
estudio de trabajo experimental, llamado ref:pnt (reference point).Este
espacio personal le ha permitido seguir realizando trabajos en
el área de los "motion graphics". Ha colaborado
con WARP, Rephlex records, Creative Review y emprendido un ambicioso
proyecto artístico titulado RND#.
Texto originalmente publicado en el catálogo de ArtFutura
2004.